Hoy quiero enseñaros una forma de reciclar juguetes. En nuestro caso, una casita que nos regalaron hace casi 4 años. Un modelo parecido a este:
La tela no resistió mucho, y hace ya dos años que se había ido rompiendo sobretodo la parte de las ventanas. Cuando ya se rompió del todo y las ventanas pasaron a ser puertas y la tela estaba que se caía, nos debatimos entre tirarla o reutilizarla. ¿Adivináis que hicimos? Busqué una sábana vieja, saqué las témperas...y ¡manos a la obra!
Primero dibujé la separación entre el tejado y las paredes para que tuviéramos claro por donde pintar. Terremoto mayor dibujó las flores y el césped.Y ahí, solo había que pintar! Todos manos a la obra!
Parecía fácil pero terminamos agotadas y mareadas del olor a pintura. La elección de la témpera es importante, porque algunas tardan más en secarse y huelen más que otras. Nosotros solo usamos témpera para uso infantil, pero una parte del techo nos dejó con un fuerte olor a pintura varios días. Una vez cortadas las ventanas, así queda nuestra obra final:
No es perfecta, la pintura no quedó uniforme, y la sábana no es exactamente de la medida de la casita porque lo mío no es coser y no entré en ese tema.Pero lo bien que lo pasamos es lo que importa, y el hecho que fue algo espontáneo, una idea de una tarde cualquiera, lo hizo aun más divertido.
Los laterales no los pintamos, estaban demasiado emocionadas por utilizarla y agotadas de pintar. Y después ya no me han dejado sacarla! Pero cualquier día de estos nos ponemos a ello. Aunque a ellas ya les gusta así. Y están tan orgullosas de haberla pintado con sus propias manos que la enseñan a todas sus amigas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario